martes, 26 de agosto de 2008

Sobre los Excesos.



No es el Uso, sino el Abuso।




Desde que tenemos uso de razón (los que creemos que ya lo tenemos) escuchamos a menudo que TODOS los excesos son malos। Lo vemos y escuchamos en los comerciales y vallas de promociones de bebidas alcohólicas y tabaco, hasta en los propios envases de dichos productos lo dice: “El exceso de consumo de alcohol es perjudicial para la salud। Ley…“ o “Fumar es perjudicial para la salud। Ley…“; que me parece muy bien que lo aclaren en sus botellas y cajetillas respectivamente, aunque sería mucho mejor si agrandan las letritas y las colocan en un lugar visible, no más visible, sino visible। De hecho, ya en Europa las cajetillas de tabaco lo traen escrito en grande y hasta con fotos a color de las consecuencias del consumo de dicho producto y con frases más fuertes, crudas y podría parecer más crueles (y no importa si así lo parece porque el objetivo es llamar la atención del cliente para avisarle que su salud corre peligro)। Bueno, volviendo al tema, siempre me llaman la atención este tipo de frase célebre, refranes, etc. Ya que me suenan tan totalitario y absoluto lo de que “todos“ los excesos son malos. Me explico, no por el hecho de que estemos hablando de excesos, simplemente el que se hable de que todos los excesos sean malos. Incluso, se me ocurre realizar una encuesta sobre ``Qué en exceso no es malo? “, “Cuáles excesos no son tan malos?“ o “Cuáles excesos tienen remedio?“. (Tan pronto como salgan al aire las encuestas, les haré saber). Si lo analizamos detenidamente, a diario estamos rodeados de un sin número de factores, hábitos y patrones de conducta que podemos convertir en excesos en nuestros estilos de vida. Sucede que los excesos que conocemos no son más que los más comunes (afortunadamente no son tantos, pero sí los suficientes, no necesitamos más) y abusamos de alguno, cualquiera que sea, a veces más de uno. Es esto lo que nos va deteriorando a largo plazo (algunos no a muy largo plazo, otros a muy corto) ya sea físicamente o psicológicamente. Hay algunos excesos que vamos cometiendo frecuentemente y así mismo vamos notando los daños desde fuera; pero los hay que van dañando en silencio y lentamente, como por ejemplo el tabaco. EL daño del tabaco lo notamos cuando vamos al médico después de fumar muchísimo y éste nos manda a hacernos diversos análisis y pruebas, generalmente el daño viene siendo hecho desde tiempo atrás.


Yo insisto en algo y lo vengo diciendo y apoyando hace mucho: ``el daño no lo hace el uso, sino el abuso``.

1- Abuso: Uso indebido, excesivo o injusto.
2- Usar: Emplear, disfrutar.
3- Exceso: Cantidad que se encuentra de más, lo que pasa los límites. Abuso.

Todo puede hacerse y/o probarse, pero con medición y control, con orientación, guía y prudencia. Tomando medidas de precaución, seguridad propia y para con los demás, sin daños a segundos siquiera.

A partir del momento en que ponemos en riesgo la seguridad, bienestar, paz, etc. De otra persona, ya estamos abusando, y lo digo así porque cada quien que se quiere hacer daño a sí mismo tiene el derecho de hacerlo, usted es su propio dueño, pero no se crea usted dueño del otro, y no le vaya a hacer un daño con el suyo. Aquí se pone un poco delicado el asunto porque a la vez no creo que nosotros tenemos derecho de hacernos daño a nosotros mismos tampoco, ni a ponernos en riesgo (como los deportes extremos que me encantan, de hecho practico uno de esos) ya sea por capricho, por retar algo o a alguien, o ya sea simplemente por pura diversión; es más lo que está en riesgo que la satisfacción propia que se tiene a cambio, seguro que si. Por eso es extremo, por eso se llama abuso y por eso es un exceso y eso a la vez lo convierte en un uso injusto, como lo dice en su definición. SI hacemos los números de esta ecuación el resultado va a darnos negativo por donde quiera que lo miremos. Pero, lo sabemos y estamos conscientes de esto y nos comportamos como si no fuese así. . Bravo! Consumimos tantas cosas dañinas a nuestro ``querido`` organismo, pero qué forma de querernos a nosotros mismos, y así decimos que queremos a otros. También hay excesos que ``no hacemos``, el no ejercitarnos por ejemplo, la inactividad muscular es un exceso, es algo que ``no hacemos`` mucho, y hace daño a largo plazo, seguro.

Asimismo, los demás factores diarios que parecen inofensivos a simple vista como el azúcar, las sodas, cafeína, mantequilla, aceites y grasas, sazones artificiales, preservativos, medicamentos, drogas controladas, alimentación no balanceada, descontrol del hábito del sueño, entre muchos más.

Nuestro cuerpo es una máquina casi perfecta y se la pasa manteniéndonos funcionando bien, ayudándonos, pero debemos ayudarle también. Aportarle solamente lo que necesita cuerpo y mente para mejorar y continuar sin fallar, no lo que le reste. No hay nada que podamos tener a cambio que sea mejor que funcionar sin fallos en cuerpo y mente. Nos podemos dar cuenta de esto cuando estamos resfriados o enfermos, lo desagradable que es sentirse mal o en dolor, en cama sin tener sueño, hasta mejorarnos. Ahí es cuando valoramos lo bien que se siente estar sanos, pero cuando estamos sanos ni cuenta nos damos. Gracias. Hay que ser gratos, y cortar de raíz lo que no aporta.

Y si habláramos de las malas costumbres e inclinaciones nocivas ya no tanto físicamente, gustos retorcidos y una infinidad de cosas más a las que nos lleva el morbo? Esos pueden llegar a ser (y lo s son) excesos peores aun.

E.G.