sábado, 16 de agosto de 2008

El Efecto Succión.


Muchas veces (o la mayoría) sucede que al salir de una situación difícil, uno se siente haber terminado el capítulo y ya, así de simple. Sin embargo, es como una hélice o una turbina de un Boeing a la cual uno está vulnerable a ser succionado (en el buen sentido de la palabra) y a la vez descuartizado (en el mal sentido de la palabra). Me explico, uno retrocede después de pasar un mal rato o una mala experiencia, es muy difícil asumir la responsabilidad de actuar como ''el bueno'' después de haber sido víctima del sistema (Suckciety as I call it) por ejemplo. Tras haber sido abusado, humillado y hasta tratado como un delincuente (que nunca los agarran a ellos) y luego venir uno a presumir que nada ha pasado y que hay que seguir portándose bien es un poco complejo, pero posible. Este es un simple ejemplo, no quiero confundirlos aunque esto si ha pasado en realidad. Pues la turbina del carajo vuelve y te succiona y te ripea en cuchumil pedacitos y ahí vamos de nuevo hacia atrás. Entonces para colmo embadurnan lo bordes de la turbina con vaselina para que al tratar uno de agarrarse se resbale con más impulso. Por tanto, cuando uno sale practicamente re-ensamblado y lleno de cicatrices de la turbina del caray, lo que uno tiene ganas es de empujar a quienes se lo merecen a través de dicha hélice una y otra vez. Pero, hay que estar claro de algo, las cosas pasan por algo, si no, no pasaran. Y uno no es quien ni tiene tiempo para ocuparse de eso. Bueno, no todo es así de 'fatalúrdico', pero ojo, suele pasar.

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